Desde Mosterio, capital de la Esfera Cultural Goliciana, queremos compartir con ustedes pitutos, sereneiders, vainas arrechas y ñuflos. Trataremos de dilucidar (con ayuda de los espíritus de Perón, José de Zer y Freud) porque al Capitán Kirk se le rompían tanto las camisetas.
Nop, quien lo mato fue la señora que le descubrio espiando...
ResponderBorraraypordios!! hace falta matar al gato tantas veces?
ResponderBorrarAlice; mas de uno ha muerto por espiadero...
ResponderBorrarLechuguita mía, hay que matarlo las veces que sean necesarias.