Mis Celáneas

Oído en el colectivo 110:
Ella-Vos necesitás un psicólogo...
ÉL-¡Lo que yo necesito es una tirada de goma!

Me cago en Edesur que me dejó sin luz durante 12 horas el jueves y otras 12 horas el viernes y algunas horas hoy, con lo cual mi fecha de entrega laboral pautada se fue directamente al carajo, no poder prender los ventiladores de techo y andar con velas, además de verme obligado a tirar algunos alimentos perecederos.
Me cago también en Telefónica, que no logra arreglarle la línea a mis ancianos progenitores.  En cualquier momento voy con la cadena y armo un despiplume... Dicen que el lunes, tal vez.

Desde esta semana estoy atendiendo a una petrolera en Villa Inflamable*, Dock Sud, Avellaneda.  Estoy aprendiendo algo nuevo, con mucha ganas, mis compañeras me tratan bien, la planta está buena, el aire acondicionado es adecuado, me dan de comer gratis, me llevan y me traen,  pero los muy putos NO ME DEJAN FUMAR, por esas paparruchadas de la seguridad y los líquidos inflamables.  Nenitas cagonas.
Ahora, los alrededores se merecen un párrafo aparte, parecen sacados de un relato de Lovecraft o de las viejas historias de Eustaquio, el infortunado (Revista Humor):  seres cochambrosos, de facciones simiescas, embotados por el consumo de alcohol barato, que eruptan sin cesar vahos indescriptibles mientras se tocan la entrepierna, somorgujos y chotacabras que parecen acompañar con sus tristes cantos al alma de los muertos rumbo al purgatorio, perros sarnosos a montones dando rienda suelta a sus instintos reproductivos, pantanos y bañados que despiden nieblas fétidas, zanjas de aguas turbias y repulsivas, batracios grotescos que nos observan con sus malignos ojos rojos como brasas ardientes, etc..  Y hay gente que vive acá...

*El sueño húmedo de Sicoborg.

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