Muros


Muros que se derrumban, y algo se precipita adentro.
Muros que se derrumban para revelar, de pie exactamente detrás de ellos, algo blanco como el hueso que ha esperado con mucha paciencia.
Muros que se derrumban hacia dentro, bloqueando la luz; y todas las luces se apagan. Oscuridad. Luego, abriéndose camino entre los escombros, llega el sonido de algo con una uña larga.
Muros que no se derriban ni hacia dentro ni fuera, sino que se diluyen, a fin de que caminemos a través de ellos sin querer y no lo sepamos hasta que, al darnos vuelta, allí están los muros, una barrera a nuestras espaldas.
Muros que se arrastran, cercándonos con ojos y pies, y aunque miran, y se empecinan, son perfectamente normales.
Muros que gritan, o que resuenan con gemidos, o lloran en la noche, sin consuelo.
Muros que cantan, en especial antes del amanecer, un canto agudo y frágil que viene de algún lugar cerca del rodapié.
Muros que sudan.
Muros que se estremecen de risa.
Muros que se agrietan como la cáscara de un huevo para dejar que algo ciego, recién nacido, salga meneándose a través de ella.
Muros que se cascan como la cáscara de un huevo, y un pico puntiagudo y maternal llega hasta él.
Muros que se vuelven polvo.
Muros que se funden, rezumando suavemente desde el cen-tro de quienquiera actúe como pábilo.
Muros que respiran: adentro-afuera, adentro-afuera. Muros cual pulmones, que como tales absorben el aire.
Muros que corren de pronto como ratas a través de las sombras cuando nadie mira.
Muros que rapiñan.
Muros cazadores.
Muros como dioses, que exigen sacrificios.
Muros tan celosos como amantes, que nos estrechan como amantes.
Muros como buhos, que evacúan pequeñas bolas de piel y cartílago.
Muros que son como la muerte, perdurables.

R. M. Lamming

Evolución

Lo digo y lo repito: los hombres somos básicos y si no fuera por las mujeres, aún estaríamos en bolas, disputando la carroña con los buitres en alguna sabana africana.
-Dale viejo, que te cuesta, agarrá un palo, sacale punta y andá a cazar un ñu o una cebra.
-¿Te parece?
-¡Pero claro! Apurate que el nene tiene hambre y esas hienas putas no dejaron nada. ¡Vamos por más!
Y después le siguió:
-Pero mirá que sos chapucero, eh? ¡Con las manos no! Golpeá una piedra de esas contra la otra, ¿ves? así.
-¡Arrggg!
-¡Guarda con el filo, no te cortes! Que inútil que sos...
...
-No, no, otra vez en cuatro patas no, tengo las rodillas percudidas. Me acuesto boca arriba y vos encima, ¿que te parece?
-Hmmmmm
-O mejor aún, te acostás vos y yo encima. ¡Que buenooo!
...
-¡Que duro es este búfalo! Siempre carne cruda, carne cruda a la mañana, carne cruda a la tarde, carne cruda a la noche. ¡Estoy podrida de la carne cruda! ¡Tengo la dentadura a la miseria! Hacete un fueguito, dale, vos podés.
-¿Uh?
-Y de paso hervimos el agua, es más sano tomar el agua hervida.
Después vinieron la choza, el taparrabos, la organización social, el maquillaje, el vidrio, la pólvora, la imprenta, el auto, la tarjeta de crédito y los shoppings.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares