Sarao goliciano

¡Hola niños y niñas, amantes del Loado Efebo y su Virginal Pelusa!
En la noche de ayer se llevó a cabo un ameno sarao en la Sociedad Cultural y Deportiva "Sangre y Cemento" de Quilmes Oeste.
El motivo de la divertida reunión fue el tarogésimo primer aniversario de la desfloración de Arnalda "Rojaijú" André, también conocida como "María Láctea", "Gorda Pete" y otros simpáticos e ingeniosos alias.
Asistieron entre otros el Patricio Sosa, actualmente "agüenado" con la homenajeada, su mascota canina "Mancera", la India Solari (siempre acomodada en la barra, rememorando sus épocas de copera en el "Curvón" de F. Varela), el Pachulo y su gentil doncella "La Cacha" (ex vocalista del grupo "Cacha & the Cachos"), varios ex amantes de la gorda Arnalda y otros integrantes de la high society quilmeña, gente toda de abolengo y alcurnia sin parangón.
Se cantaron alabanzas al Pupo Impoluto, se degustaron diversos brebajes de alto contenido etílico ( algunos de fabricación casera) y se comió hasta que el astro rey iluminó las calles. No podía estar ausente de esta celebración la música. Efectivamente, se propalaron selectas grabaciones de Menudo, Katunga, Teto Medina, Los Palmeras, Los Chakales, Pancho y la Sonora Colorada, Los Fantasmas del Caribe, Aldo y los Pasteles Verdes, etc., que impulsaron al populacho a sacudir el esqueleto.
La nota de color la pusieron el Pachulo y la Cacha, quienes potagonizaron una escena de pugilato por la aparente infidelidad cometida por esta última, seguramente un malentendido. Afortunadamente la reconciliación no se hizo esperar, para regocijo de los invitados, quienes alentaron a la feliz pareja mientras realizaban variadas poses sexuales, dignas del Kamasutra.
La gorda André intentó dar una alocución subida a una mesa, la cual se rompió en mil pedazos, frustando la que sin duda, hubiese sido una magnífica pieza oratoria.
Esto marcó el fin del agasajo, ya que Euripilgues Leguizamón, a cargo del buffet, se calentó y echó a patadas a los presentes, excepto a Nanu Sukosky (ex sub-cabo de la Bonaerense), quién estaba desmayado detrás de unos cajones y pasó así desapercibido.
¡Hasta la próxima, mis amiguetes!