Reglas de urbanidad - Conociendo a la familia de su prometida

- Sea discreto al vestir pero no al punto de parecer zaparrastroso.
- No use foulard blanco, guantes amarillo patito o bigotito anchoa, pueden pensar que usted es amanerado y sodomita.  
- No se culeé a su cuñadito, aunque este sea un mariconcito rubio de labios carnosos.  Si usted es débil de caracter, tenga la decencia de esperar a que sea mayor de edad.
- Si estando en la casa de sus suegros le surge una irrestible necesidad de mover el vientre, pregunte por el excusado de forma solapada a algún contertulio.  No es necesario anunciar su próxima defecación a los gritos y con ademanes propios de un barrabrava de All Boys.  Tampoco solicite material de lectura.
- Una vez concretada la evacuación, no haga aspavientos respecto al tamaño o al olor de su excrecencia.  A nadie le interesa y la información no será apreciada por los asistentes.
- Si es invitado a conocer la chacra de 2.000 hectáreas que posee la familia de su media naranja, no intente mantener comercio sexual con alguna oveja, cabra o chancha, aunque ésta se le insinúe de forma lujuriosa.  Tampoco le pegue a los peones por más negritos que sean, a menos que su futuro suegro así se lo pida expresamente.
- Si comparte un asado campero en la chacra de su familia política, omita olerse los dedos con mirada intensionada hacia la hija menor, con la que ha jugado rato antes al "busquemos que hay adentro de este agujerito". Olerse los dedos es de mal gusto. Tampoco puede chupárselos. No importa que le guste el pescado. No amerita.

- Nunca, por mas empingado que este, se empalme a su futura abuela política. La gentil señora puede ser insaciable. Ha pasado.
- Evite emitir opiniones ríspidas sobre sexo, política, religión o deporte.  Jamás pregunte a su futuro suegro "¿La doña lo mama?" o "¿Cada cuanto la pone, jefe?",  son detalles íntimos que no deben trascender.
- Si se le enerva involuntariamente el miembro mientras habla con la joven de la casa, no señale con el dedo y diga "Mira el farolito chino" o "Se despertó Marcelo, agachate y conocelo". Simplemente crúcese de piernas y ruegue por no irse en seco.
- Si debido a los fragores de la chapada, no puede omitir la emisión de líquido seminal, simplemente tírese encima el té caliente, disimulará el inconveniente Por lo bajo puede decirle a la muchacha de servicio que le ofrece una servilleta en la cocina, "¿Negrita, te gusta el té con leche?".
- ¿Desea alagar gentilmente a su futura suegra? Diga algo como "Señora, su cabeza cana es un capullo de algodón en el otoño de su vida" o "El amor de una buena madre es el combustible que hace que un ser logre lo imposible".  Evite utilizar frases como "¿Le hago una mineta, doña?" y mucho menos "¡Vieja, te chupo la corrancha!".

- Es probable que su futura familia política cuente con algún religioso entre sus filas.  Mantenga un trato formal, evitando frases del tipo "Padre, ¿Quiere comerse un pebete?", que si bien provocarán carcajadas entre el paisanaje ateo-peronista-bolchevique, lo desmerecerán ante los ojos del sacerdote y el resto de la parentela.
- Por nada del mundo comente con su futuro suegro las habilidades sexuales de su prometida.  Recuerde que para un padre, una hija es algo impoluto, puro y sacrosanto.
- Si hay perdido la orientación en la majestuosa mansión donde se encuentra hospedado y le urge efectuar una deyección de heces, no utilice ese jarrón de la dinatía Ming, a la larga será descubierto.
¡Y Feliz día del Padre!