Culto goliciano

Un día como hoy, pero del año 69 y medio (según el calendario goliciano), el Generalísimo Augusto Anastasio Fidel Nicanor González del Solar, presidente vitalicio de la Republiqueta de San Cochado, decreta la conversión forzada de todos los ciudadanos y ciudadanas a la Fe Goliciana, bajo pena de enema de fernet.
Tan magno acontecimiento se celebró en la Plaza Mayor de San Cochado, contando con la presencia de las fuerzas vivas de la pequeña nación caribeña, representantes diplomáticos acreditados, presos políticos y público en general.
Primeramente dirigió la palabra al pueblo sancochado, su Santidad Srila Prabhupada Bhaktibhusana Añamenbuí, quién recitó las "20 Verdades Golicianas".
Luego fue el turno de Sor Etel Filestrésima, abadesa de la Sagrada Congregación de las Adoradoras del Falo, quién bendijo los potros de tortura y los irrigadores enemales.
A continuación, el Generalísimo Augusto Anastasio Fidel Nicanor González del Solar pronunció una emotiva arenga, que comenzó con las palabras "¡Populacho de San Cochado!..." y duró casi 4 horas y fracción.
Por último, el tradicional desfile goliciano, encabezado por las Vestales sancochenses, precedidas por una banda de pífanos y soritreques, despertando los vítores de los asistentes. Luego fue el turno de las Pitonisas Peteras, quienes portando una efigie de Silvia Suller, improvisaron una mamada al nuncio apostólico y demás asistentes extranjeros.
Cerrando el desfile, hicieron su aparición los Monjes Anarcofétidos Golicianos, quienes deleitaron a la concurrencia con sus flatos de colores.
Finalmente, desnudos y ahítos de alcohol, los concurrentes danzaron en las calles hasta el amanecer, al ritmo de la Bufarra Jazz Band Sereneider, entregándose a los placeres de la carne.

En el sobre del Raje, del Pito, del Espanto Atranco, Harém.