Volví

Aquí va una breve reseña de las vacancias.
Día 1 A.V. (antes vacancias): Prácticamente con los bolsos hechos, debido a lo exiguo de nuestro equipaje (por mí llevo lo puesto, ojotas y short de baño), nos dirigimos (la mostra y yo) al domicilio de mis ancianos padres, para dejarles a Elvis (la bestia peluda de Villa Crespo) y a Luna (hija de Bastet). Momentos emotivos.
Luego visitamos a los sobrinos de la mostra, donde hizo entrega de los obsequios navideños que no fueron entregados oportunamente. Momento de regocijo infantil.
Día 1 D.V. (durante vacancias). Entre pitos y flautas nos acostamos a las 2 am, nos levantamos y a las 7:50 estábamos en la terminal de Retiro.
¿Por qué catzo no hay otra terminal en Constitución para los micros que van al sur? ¿Por qué centralizar todo?
Millones de personas, algunas cargadas con tanto equipaje como para dar la vuelta al mundo. Pude presenciar el escandalete de una muchinga adinerada que protestaba porque su micro se había ido: la tarada llegó 20 minutos tarde. Agua y ajo.
Abordamos casi a las 9 (tarde), me acomodé y pasando Dock Sud me desmayé hasta la rotonda de San Clemente del Tuyú. Apenas si noté que dieron esa cosa llamada "300". En solo 4 horas ya estábamos en la terminal (provisoria pero ya lleva como 12 años funcionando...).
Nos encontramos con nuestros anfitriones quienes se iban para Tandil y Mendoza al anochecer. Cerveza con rabas y papas fritas en un parador de la playa, que delicia!
Ya solos en la casa, debuté.
Si, debuté limpiando pescado, pejerrey para ser exactos. Terrible experiencia, pero preparé un chupín es-pe-ta-cular.
Día 2 D.V.: de ahí en más la rutina fue desayuno, playa, viento, mate, chapuzones, asado, siesta, jolgorio, viento, playa, mate, caminatas, ocasionales visitas al "centro", dados y cartas, comida del "Gallego", jolgorio, lecturas varias, etc.
Un día, de puro aburrido nomás, revisé un revistero y encontré un ejemplar de "Vivir mejor" o algo así. Abrí al azar y me encontré con una nota intitulada "La dieta especial para combatir las flatulencias". Fascinante.
Estuvo Nachito...
Una noche hicimos un fogón en la playa, en homenaje a mi amiga Sicópata, la piromaníaca.
Finalmente, ayer, abordamos un micro a la 1:10 am y a las 6 estábamos en casa. A las 9 ya estaba en el yugo como un señorito. La ciudad nos recibió con lluvia.
En contra: los precios, especialmente el vino (¡No hay derecho!), el viento y la arena, sucundun sucundun. La avenida Costanera se volvió intransitable en algunos sectores por la arena acumulada y la terminal no da para más. Nada que no se pueda mejorar con dos mangos o media docena de beneficiarios del "plan trabajar" y sendas palas.
A favor: las anchas playas y la tranquilidad, ideal para ir con niños. Nadie le rompe las bolas a nadie.
Necesitaba un poco de desenchufe, volví regio, bronceado y apolíneo, un Charles Atlas propiamente. Fueron realmente muy buenas y no puedo explicar el placer de ver a mis tres mostros disfrutando juntos como hacia tanto que no veía.