Sabiduría Goliciana

Lectura del libro de los Dimes y Diretes 34-22=12.
En aquellos días (fin de mes), un grupo de muchingos, soliviantados por Jorge Rial se puso en contra de Nituni y Ajenjo, y las autoridades ordenaron que les quitaran sus ropas y los azotaran con varas. Después de azotarlos severamente, los metieron en la cárcel y encargaron al carcelero que los custodiara con atención.
El bestial sujeto, de aspecto d'eliaístico, siguiendo la orden al pie de la letra, los metió en la celda más segura y les sujetó los pies al suelo con cadenas.
A medianoche, Nituni y Ajenjo oraban entonando himnos al Loado Panzón, mientras que los otros presos escuchaban cumbia villera. De repente, se produjo un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel y se abrieron todas las puertas y a todos los presos se les soltaron las cadenas. Rápidos de reflejos, los malvivientes aprovecharon para rajar.
Al despertarse el servil penitenciario y ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó el puñal con intención de suicidarse, pensando en los presos que habrían escapado. Pero Nituni le gritó: "¡No te inflinjas daño, chichipío; nosotros dos seguimos aquí!"
El carcelero pidió una linterna, entró en la celda y tembloroso se arrojó a los pies de Nituni y Ajenjo.
Después los sacó fuera y dijo: "¿Señores, qué debo hacer para salvarme?"
Ellos le contestaron: "Si crees en el Efebo Impoluto, te salvarás tú y tu familia. Además debes depositar un diego de tu sueldo en la cuenta corriente 042-110302 del Mosterio Republic Bank".
Luego le explicaron a él y a todos los suyos el mensaje del Señor Televisor y los aforismos de Narosky.
En aquella misma hora de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las patas y las partes pudendas y luego recibió la enema goliciana con fruición. Después los llevó a su casa, preparó un banquete y celebró con toda su familia la alegría de haber sido salvado por el Virginal Pupo.
En el sobre del Raje, del Pito, del Espanto Atranco, harén.