Sabiduría Goliciana - abable

¡Buenas tardes ninfas y faunos que pululan en este rincón de la Esfera Cultural Goliciana!

Les quiero relatar un hecho que me aconteció días pasados, con el objeto de que aumenten su sapiencia. 

Me encontraba yo desarrollando mis tareas, eficiente y diplomáticamente, como de costumbre, intercambiando unas misivas con unas personas que gozan de mi estima con el propósito de realizar un sarao, cuando recibo de forma inopinada un texto que adjunto, de parte del Sr. José (alias DJDeró, alias El Satiro de Los Toldos y otros alias que por pudor callo):

Entonces nos vemos el sábado, muy abable. 

¡Imaginen mi desconcierto! ¿Que carajo es "abable"? ¿Soy una persona abable? ¿Soy digno de baba? En ese caso, ¿Quién es más abable, Carmen Electra o Pamela Sue Anderson? ¿Por qué elegir entre una y otra?

Sabiendo que el susodicho José (él que te la puso y se fué, podría decir una malpensada...) si bien tiene un sentimiento hacía mí que podríamos denominar "aprecio", "amistad" o incluso "lealtad", nunca, nunca se debería malinterpretar sus palabras como una expresión de deseos carnales.  ¡Nada más lejos!  

Así que me puse a investigar con los exiguos medios a mi alcance.  En primer lugar, busqué en la wikipedia, pero no hubo éxito, "No hay resultados que cumplan los criterios de búsqueda."  Este fracaso inicial no me desanimó, por el contrario, me sentí aguijoneado por la curiosidad; la duda era como un dedo en una oreja, buscando afanosamente cerumen.  Encaminé mis pasos hacía una biblioteca donde se desempeña la señorita eMe, con la esperanza de obtener su ayuda profesional y su consejo erudito.  Tan solo saludarla con un jovial "¡Hola preciosa eMe!" que me espetó a boca de jarro "¡Me tienen haaaarta! ¡Haaaaarta me tienen!", mientras arrojaba el volumen 21 de "Los Seminarios" de Lacan ("Los desengañados se engañan o los nombres del padre") a una circunstancial parroquiana, que huyó despavorida.  Un manto de desazón me rodeó el alma, como las alas de un voraz murciélago gigante.   

"Soy joven e inteligente" -me dije- "Y conozco gente arrecha"  Así que le mandé una carta a la sirena loca. "Venga" me dijo. ¡Para que!  Se puso a cantar y a bailar como si estuviera en 1965.  Rajé en un momento de distracción.  

"¿A quién recurrir?" ¡A la Mona loca! Ella siempre tiene un consejo a flor de labios.  Fue inútil.  No entendí nada de lo que me dijo, pero me pareció que me quería vender un curso de Marketing.  Silbando bajito, con las manos en los bolsillos, bajo una pertinaz llovizna, emprendí el regreso a mi hogar.  
Al llegar, mi consorte legítima y fiel compañera, al notarme apesumbrado me preguntó por la causa de mi gesto adusto.  Le relaté la historia del sarao, del mail, del "abable" (omití nombrar a Carmen Electra, a Pamela Anderson y a eMe).  Ella, luego de escuchar atentamente, con un mohín en su rostro, me dijo "Gilún, se equivocó de letra al tipear, ese paparulo.  Vení, haceme una auscultación que ando con palpitaciones..."  La Mostra es maravillosa cuando quiere.

Sin más, les deseo felices fiestas.