Claro, vos allá, a orillas del Mediterráneo, fiestas punchi-punchi-punchi, alemanes vociferantes e ingleses chupandines, laburando, si, pero no es lo mismo que estar acá, con 1/2 grado de sensación térmica, tan abrigados que no nos podemos ni mover.
La gente cantaba "sha shegó la primavera", 27° y a tomar mate en Plaza Francia, guardó los tapados, montgómerys y tricotas, sacó las remeritas, hot-pants y musculosas, chau guiso de mondongo, hola ensaladita de rúcula. Y el invierno dijo "¿Así?" y volvió con todo, como el desahuciado en sus horas finales. Y nos cagó.
Besos, tu tío Diego.
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2 comentarios:
los inviernos vienen y se van pero siempre nos cogen por sorpresa y nos cagan... pasa tambien con los corruptos cuando pensamos que se han muerto como los dinosaurios aparecen como setas. Que carta bonita!
Gracias Lila!
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