No son muchos los zoólogos que han podido observar a la Rana arborícola de la Guajira, y ello se debe a:
1° Los zoólogos no son dados a visitar esta remota región venezolana y
2° la Rana arborícola de la Guajira pasa la mayor parte de su vida trepada en las copas de los portentosos árboles de la región.
Las primeras noticias sobre este simpático batracio se tuvieron en 1913, por boca de los aborígenes Pamechun'vovue. Pero como generalmente los Pamechun'vovue acostumbraban estar alcoholizados, no se prestó demasiada atención a sus historias sobre "un pájaro de cuatro patas".
No fue hasta 1923, en plena fiebre del caucho, que un explorador aficionado, Don Maximiliano Rigoberto Sánchez Correa, propietario del burdel "La Carajita", consiguió un ejemplar vivo, como parte de pago por los servicios de una de sus muchachas.
2 comentarios:
Mostro... la chica tuvo que haber sido muy buena para que le paguen con una Rana arborícola...
Que suerte tienen algunas...
no han quedado registros históricos de las destrezas de la muchacha, pero en esas zonas fronterizas, mientras sea mujer alcanza y sobra.
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